lunes, mayo 31, 2004


Laura, won't you give me your love?

Así cantaban las scissors sisters mientras yo veía a los meseros corriendo de un lado a otro, inventandose ocupaciones, sudando y ecurriendo de la frente,escondiendo el alcohol que ellos no compraron; luego buscaba a Laura. Los invitados embriagandonse, embriagandonos, un puro corriente en mi mano, quemándose, un comentario repetido "me gusta tu traje", nadie dice que le gusto yo, no tendría clase y hoy, tenemos que aparentar que todos tenemos clase. Casi todos.
Chupo mi puro y veo entre el humo que sale de mi boca, un trago más de vodka, el jardin hermoso, imponente, la gente hablando y hablando, yendo y viniendo, los trajes y los vestidos impecables, algunos rígidos, algunos otros con más soltura, pretendiendo, siempre pretendiendo.
Pocas malas palabras, se sigue un riguroso patrón de conducta de etiqueta, felicitaciones, buenas palabras y grandes deseos.
Yo con una nostalgia que no me cabe en el pecho, sumido en mí mismo, pensando en el correr del tiempo, "cambia el sol cada mañana, cambia el ave su plumaje...que yo cambie no es extraño". No, definitivamente no es extraño, para mí no cambia nada, más que lo que está al rededor. Todo cambia menos yo, chupo otra vez mi puro y confirmo otra vez que es muy corriente, pero me gusta.
La alberca preciosa, con velas al rededor, una escena majestuosa, y entre toda la petulancia, los buenos deseos, el amor y la etiqueta, vienen esos niños, corriendo como locos; saben que tienen una importante misión, son como guerreros aztecas que corren sedientos de sangre; vienen, vienen y cuando están lo suficientemente cerca, se arrojan al agua, escandalizando a los invitados. Sacudidos, los censuran desde lejos, pero ellos nos acaban de recordar que los prejuicios son pendejo, y que la etiqueta apesta a mierda y te aprieta el cuello, que no hay nada más valioso que el libre albedrío, que deberíamos de ser libres, pero que no lo somos. Yo cruzo mi pierna, chupo mi puro, y aprieto mi cara frente al sol, sumamente complacido de poder ver a los niños bañarse en la alberca.

viernes, mayo 28, 2004



La muerte chiquita
Pa' Cortázar

Estaba sentado en su carro, esperando a que cambiara la luz. Los vidrios abajo, el aire acondicionado al máximo soplando furioso, los brazos pegados a sus costillas, sudorosos.
La mano que a veces soltaba el volante aprisionado para enjugar la frente que goteaba implacable estaba adolorida.
Cerró sus ojos y los presionó fuerte, se recostó hacia atrás en su asiento; era la cuarta luz verde que continuaba parado, viernes, 6pm. Dormitó y se vió corriendo - no, más bien volando-- volando entre arboles, rápido, rápido, volando con su cuerpo de moscardón, feliz. Daba vuelta por aqui, se detenía por allá, volando entre el bosque húmedo, se detenía sobre algún arbol, descansaba. La humedad de la corteza lo reconfortaba, echaba a volar de nuevo, con ese gran zumbido.
Abrió los ojos, y seguía entre el tráfico, volteó hacia los lados; no sabía si se quedó dormido o no. La mujer del auto de al lado lo ve con cara firme, hermosa, acalorada con su blusa blanca de botones, los dos primeros abiertos, mostrando sus senos un poco nada más. Suficiente para llamar su atención.
Se sintió descubierto y sonrió, ella le correspondió.
Ella tomó su botella de agua de algún lugar dentro de su auto, bebió el último trago y arrojó el envase vacio a la parte de atrás de su auto, él rió sin saber porqué...
Adivinó que ella le preguntaba "Qué?"
Nada, dijo él exagerando el movimiento de los labios.
--Tengo sed y señaló hacia la botella vacia
--Ahí hay una tienda y señaló hacia la tienda.
--Gracias.
--Vamos?

Bajaron de su auto, no quitaron las llaves, no tenía sentido. Dijeron sus nombres, compraron agua --fría por favor, helada --. Ella con sus largos y elegantes dedos que vestían unas uñas perfectas, retiró la cubierta de plástico y bebió. Él torpemente la arrancó e hizo lo mismo con su botella, el calor lo asfixiaba. Cerró los ojos mientras se sentaba sobre la banqueta e invitaba a la mujer a hacer lo mismo --no te quieres sentar?
Soñó de nuevo sobre la banqueta, era el mismo moscardón, zumbando, entrando en la parte más obscura y más húmeda del bosque, se hacía tarde, casi no entraba la luz por las hojas de los árboles, comenzó a sentir miedo, tantas historias acerca de las arañas...pero no! no le podría pasar a él!
Dio una vuelta y se sintió perdido, recordó el camino, dio una vuelta más; el pasillo de árboles se abría frente a él, al fondo la luz, estaba cerca de salir y contarles a todos pero de pronto su zumbido dejó de romper el silencio, estaba atrapado.
No se podía mover, sus alas eran inservibles. Luchaba pero sólo conseguía desperarse más, no podía ser cierto, siguió luchando contra la telaraña hasta que rompió una de sus patas, gritó y se desmayó.
---para dónde vas?
--- aqui al sur, a mi casa y tú?
---estás bien? te ves raro... yo voy a mi casa también
--me duele mi mano desde la mañana, no sé por qué.
Platicaron un par de minutos más y se fueron cada uno a su auto, él pensó en pedirle su teléfono, pero era demasiado tímido para eso, de hecho no sabía como se había atrevido a invitarle una botella de agua, debió de ser el tráfico de locos.
De nuevo en sus autos, atrapado en la telaraña, despertando poco a poco, escucha algo, tiene miedo, intenta escapar una vez más, pero el dolor de su pata arrancada por el mismo lo hace desistir, no queda más que esperar; ella se acerca despacio, moviendo lentamente cada una de sus enormes patas, como si cada paso lo meditara antes de darlo. Era verdad, son realmente impresionantes de cerca. De la boca le salían dos puñales como de acer, y de sus patas filos de jade.
Llego imponente frente a él, que yacia impotente, hizo un último esfuerzo por liberarse, en vano. Una de las patas delanteras de el increíble verdugo se levantó haciendo brillar su jade, el tiempo se detuvo..."Muévete imbécil!!!" esas imagenes de la araña y el moscardón no le estaban pareciendo nada agradables, volteó a ver a la hermosa mujer de los ojos castaños, para olvidar la locura temporal; la vió manoteando, sacando algo de su bolsa abierta que descansaba sobre el asiento del copiloto. De pronto una explosión, mucha confusión, vidrios rotos sobre la cara de ella, una mano que se llevaba el bolso; él salió de su auto desesperado gritando que no con las manos por delante. La mano con el bolso escondía otra mano, con algo metálico que al salir de su escondite lo cegó con su brillo, una explosión más, pero esta vez fue mucho más fuerte. La mano adormecida, otra explosión, dolor en el pecho; la araña con un movimiento extraordinariamente rápido, clavó sus puñales de jade sobre el pecho de su cuerpo de moscardón y le abrió el pecho para clavar sus colmillos y chupar y chupar, él reía soñando todavía en que era humano y que estaba tirado entre los autos derramando su sangre de moscardón.

viernes, mayo 21, 2004

Desde el infierno, con amor.
Esa tarde ella, como casi todas las tardes nubladas, tenía ganas de hacerle el amor; así que le llamo: ¿Vienes? --sí. Ella estaba segura de que no le diría que no.
Como siempre que estaban sobrios, se preguntaron a dónde ir a beber. Cualquier lugar estaría bien.
Llegaron ebrios y empezó la ceremonia que conocían tan bien, tantos años haciendo el amor...
Él eyaculó satisfecho dentro de su vagina mientras ella pedía que le pegara

-¡Pégame puto! ¡Pégame!

Sus chillidos se volvieron insoportables --pégame maldita marica!!
y la golpeó en las nalgas, ofendido, con odio; en ese momento, ella se vino.
Los dos descansaban juntos, jadeantes, él pensaba en cómo había llegado a esto, ella no pensaba en nada y se dedicaba a disfrutar del olor a fruta podrida que salía de sus cavidades.
Él jugaba con esa estúpida máscara de pajarraco que siempre se ponía para excitarla. Aspiró las plumas que salían de lo que sería el pico, olía a fruta podrida también, como toda ella.
Ella le dió la espalda, se tocó las nalgas aún adoloridas y abrió la boca para sacar su lengua obscena y preguntarle: ¿Me amas? nadie te da lo que yo te doy, nadie te lleva hasta ahí.
--Sí. Apenas se escuchó.
Se levantó y fue a buscar su botella de vodka debajo de la cama. Ahí estaba medio vacia y cuando la tomó entre sus manos cubiertas de fluidos ya blanquizcos, golpeo con ella el piso y se escuchó música; él sonrió satisfecho de haber producido música, ella pidió desdesperada un trago.
No se preocuparon por el agua o por hielo o por jugo, como siempre hacían en el bar, antes de perder la razón y terminar en el departamento de ella. Allá siempre pretendían, aquí se conocían. Allá él la odiaba, su cuerpo obeso, disfrutaba de sus comentarios hirientes, eso sí, pero casi no la escuchaba porque miraba a las niñas pasar con esos cuerpos perfectos que les compraba el dinero de sus papis y se preguntaba como sería estar con ellas, como sería jalarles el cabello mientras las embisten por detrás, escuchar sus gritos, sus llantos, ver su sonrisa satisfecha.
Imaginar todo eso lo ponía estúpidamente excitado, luego llegaba el vodka y el bebía alegre. Después de la quinta ronda, empezaba el juego de manos por debajo de la mesa con la obesa, él de pronto se resistía y se iba a ligar a alguna niña bien. Ella no se preocupaba,sabía que regresaría derrotado y caliente y que sería ella quien le quitaría las ganas y le explotaría la piel.
Así era siempre y fue precisamente en una de esas noches que ella olvidó el día, estaba demasiado ebria, intentaba hacer cuentas con la cara enterrada en la almohada, él la golpeaba y le jalaba el cabello furiosamente mientras metía su pene en ella, ella seguía sumando, uno, dos, tres, él seguía cada vez más rápido, diez, once, doce, él no paraba de golpearla --así te gusta perra? trece, catorce, quince! semen tibio dentro de su vagina, en un día como ese.
Ella lloró, él se sintió herido en su orgullo, se vistió, tomó la botella semivacia y se fue con tanto coraje que rompió la puerta al salir. Él juró no volverla a ver.
Ella juro que él siempre sabría de ellos, porque en ese momento ella estaba seguro de que guardaba a alguien dentro, que se acababa de concebir.

El tiempo pasó y ella no menstruó; le llamó, no estaba. No era nada nuevo, le dejó un recado, nadie se lo daría; daba lo mismo. Esperó acariciando su máscara de pajarraco bizarro, imaginó a su hijo, acarició su vientre y sonrió.
Salió a la calle y compró todo lo necesario para su hijo, un moisés, una pijamita y lo hacía con un profundo amor, llena de ilusión. Las vendedoras de las tiendas incluso, disimulaban su repulsión de ver su cuerpo y de sentir su olor cuando la veían actuar con tanta parsimonia y ternura.
LLegó a su casa, ya era noche, él debería de estar durmiendo o a punto de hacerlo. Marcó el teléfono, él lo escuchó llamar, se acerco y vio en el identificador aquél número que le causaba tanta irritación, no contestó; pero se quedó sentado escuchando la grabación "Ya sabes qué hacer después del beep" --- beep--- "Te juro que siempre sabrás de nosotros, te lo juro".
Él se fue a la cama, ella apagó todas las luces, menos su lámpara de cabecera que apenas alumbraba, se sentó en su mecedora frente a la ventana, y v de vez en cuando volteaba a ver su recamara redecorada para su bebé. Bajó a la cocina, tomó el único cuchillo que tenía, tomo una naranja, un plato y subió. Una vez sobre la mecedora, se desabotonó la blusa y tocó sus senos, intentó masturbarse pensando en la última vez que estuvieron juntos, pero no lo logró, el odio fue más grande que el deseo. Volteó hacia su vientre y grito "!!por tu culpa imbécil!!" y decidió apuñalarlo con ese cuchillo que tenía entre las manos, lo escuchó gritar y ella sintió placer y gritó también. "Así te gusta perrita?".
Tardaron cinco días en sacarla de ahí, con el vientre desecho, los vecinos no soportaban el olor. El forense que la recogió lloró.
La gente le avisó a él.
Él no sintió nada, más que alivio "Quien sabe en que anduviera metida, si nos conocíamos, pero muy poco".
A los siete días de que él se enteró, regresaba del trabajo y vió una postal bajo su puerta, la tomó sin importancia hasta que vio que decía "Con amor desde el infierno" la volteo para ver la imagen --Sólo nos faltas tú. Gritó, se arrastró, pidió perdón, pero al final llegó hasta la botella de vodka y dijo sollozando -- Ahí voy.


Me cae que es una buena manera de no sentirte tan solo en medio de este desmadre.

jueves, mayo 13, 2004

Es curioso lo que las tardes con lluvia nos hacen sentir. Esta semana ha sido larga y corta, explico: larga por todas las cosas que han sucedido; corta por que el tiempo ha pasado bastante rápido.
El agua cayendo siempre te pone a pensar en tu futuro, siempre, esto ya lo he dicho antes; como en esta tarde gris y lluviosa. Me imagino que alguien está recostado junto a la mujer de su vida, y ella acaricia su cabello, él como hombre que es, le acaricia un seno o los gluteos. A heuvo, es más fuerte que nosotros.

Ella le pregunta que si la quiere, él dice que sí, que mucho, la acerca a él y la besa. Ahora piensa en hacerle el amor durante la próxima hora, ella piensa en que quiere besarlo durante una hora y luego dormir juntos.
Él la toca; ella intenta enfriar las cosas, él la provoca; ella sólo quiere sentirse amada.

Él le besa el cuello; ella toma sus brazos y los aleja de su cuerpo, sin dejar de besarlo; él quiere desabotonar su blusa, ella le pide que la bese.
Él logra abrirse paso a su sostén, lo desabrocha; ella lo abraza.
Él por fin besa sus senos y los toca con fuerza, ella sigue abrazandolo, buscando su boca.
Él toca sus nalgas, las aprieta contra su sexo. Ella por fin puede seguir besandolo sin dejar de abrazarlo.
Él le quita sus jeans y se desnuda parado frente a ella, altanero: "¿Quieres hacerlo?"
Ella contesta "¿Me amas?".

Todo esto en una tarde lluviosa, como ésta.

martes, mayo 11, 2004

Lamento boliviano

Ya llevamos como 4 meses tocando en un bar ecléctico, pero cuya mayoría son personas sencillas, que gustan de gritar, cantar, chupar (a precios accesibles) y en general echar desmadre, sin mayores pretensiones; pedir canciones "clásicas", preferentemente en español, para que las puedan cantar a grito pelón sin preocuparse por la pronunsieichon.
Como en todo lugar en éste llegan los clientes importantes, que son cabezas de ratón pero colitas de león, y que son tratados con preferencia, que se ponen hasta la madre y no piden, exigen rolas; se siente los más galanes del antro y "le rompen el corazón" a la sirena que canta conmigo con una mirada o con una frase sumamente interesante y llena de buen gusto como "cantash pocammmm mmm adre" que pronunciada así con la lengua arrastrada y escupiendo por la peda que traen, no sé como mi sirenita puede resitirlo.
Bueno, pero no es queja ni juicio, el que esté libre de pecado... Sólo es un paneo del antro.
Así como están estos peculiares individuos, también acuden personas bien chidas, que se emocionan bien cabrón cuando te piden una rola y se las tocas y cuando terminas te agradecen con tanta sinceridad que me cae que te sientes satisfecho.
Tampoco faltan nuestros amigos , que no tienen más que buena vibra para nosotros y eso siempre es alentador, sobre todo en las noches en que se sientan todos a chupar y a chupar y no se integran con la banda. Esas noches son un poco desalentadoras, pero afortunadamente no son muy comunes.
El comportamiento en general es el siguiente: en nuestro primer turno, como es muy temprano, generalmente están más ocupados en ponerse pedos que en cantar con nosotros, pero cuando escuchan a Sirena cantar, se cautivan. En nuestro segundo turno, ya están más pedos, nos piden todo tipo de canciones, cantan, gritan, lloran, ríen, en fin. Y nosotros estamos en el ojo del huracán, viendo todo pasar a nuestro alrededor, de pronto nos callamos y todo el antro canta " hacer el amor con otro..." y de pronto no sabes si ellos cantan contigo o tú con ellos, simplemente impresionante y embriagador... y ellos están ahí, borrachos y locos.

En este antro, nadie tiene pena de nada, nadie filma para nadie, sin máscaras y ayudados por la liberación de guardar las apariencias que les proporciona el alcohol, sufren todo tipo de catarsis; aclaro que, como dije desde el principio, hay noches más afortunadas que otras.

Lo que más me gusta de nuestra banda es que no recurrimos a los ya clásicos argumentos estúpidos al micrófono para obtener una respuesta de la gente, ellos solitos nos gritan y somos la única banda de 3(no se puede determinar una cantidad exacta puesto que luego se ensamblan medio cabrón unas con otras; excepto, claro, nosotros) que no hace esas clásicas pendejadas.

Esta semana empezamos a tocar en un antro, mega consolidado, ultra fresa y de derecha, jajajaja, con el cual yo tengo una estrecha relación. Es todo un reto.

Tocamos en una antesala al antro y la gente que llega ahí parece que está viendo la tele. Gracias a Sirena, hacen gestos de asentimiento (mmmm tocan bien, no?) sin perder la postura, alzando la ceja y poniendo caras graves. Les decimos "si tienen alguna petición, mándela en servilletas!!!" No mames, que antichic mandar peticiones y luego en servilletas!!! ya parece bro'!!!!
El reto es el siguiente: lograr que vaya más gente y lograr que se liberen de sus poses, la neta quien sabe si lo logremos, pero va a ser divertido averiguarlo.

jueves, mayo 06, 2004

I promise...I promise to...

Mientras todos estabamos como locos en la oficina, llegó un cliente con facha de aventurero. Traía una chulada de perro golden entrenado, le dijo "sit" y se acurrucó a sus pies, así nomás, sin tener que sumirle el lomo ni que repetirlo como mil veces, ni jalarle el collar hacia el piso.

El cocodrilo Dundee platicaba con uno de los vendedores mientras su perro urgaba con su hocico en sus genitales, despreocupado, disfrutando de las mordidas que se propinaba. ¡Qué a toda madre!
Los perros son la neta, no como los gatos: versión mariquita de los perros.
¿Cuántos chamacos cabrones no son ni la mitad de obedientes que ese animalito?
Afortunadamente aqui casi nunca vienen de visita los chavales, si no que chinga sería. Muy de repente entra algún niño con las narices moqueadas, pero le dan un dulce y ya se queda quieto, presumiendo sus dientes picados y chuecos con coronas plateadas sonriendo como molusco y enmarcando su sonrisa con un gutural "mmmmmm". Pero como dije con un dulce se están quietos, sin embargo el perro nomás con un "sit"

A lo mejor los niños necesitan más putazos en el lomo como los perros, o tal vez los que educan a los perros les tienen más paciencia que los papás a los niños. Tal vez también, lo hagan con más amor, ultimadamente, nadie compra un perro por cobarde o a huevo, no? En cambio un chavillo pues sí. Imaginate..." no mames güey, la cagué y ahora tengo que comprar ese pinche french y tenerlo hasta que se muera el cabrón, ni pedo, pa' que soy guey..." Pero en vez de eso, escuchamos:

- Ay qué hácía? abortar? no ni madres! mejor ya así nos chingamos todos.
- Ni pedo cabrón, pa' qué andas de caliente? te gusta coger no? pus ora ya te chingaste.

El pedo no es chingarte tú, el pedo es que chingas al pobre escuincle también. Yo no estoy ni a favor ni en contra porque de cualquier manera lo vas a chingar y te vas a chingar: si lo tienes pobre cabrón, ya lo trajiste a que le haga jetas un guey en una oficina nomás porque trae mocos en la nariz y si lo abortas igual, pobre guey, cómo sabes que no siente? cómo sabes que no iba a ser poca madre tenerlo? cómo sabes que el remordimiento no te va a traer pendejo por los próximos mmmm 6 años?...

Como dice el chiste " en qué se parece un pastel quemado, una sala con caca y una señora embarazada? --en que en los tres casos si lo hubieras sacado antes nunca hubiera sucedido".
Debería de haber pornos "reality show" en dónde pasen lo que sufren las pobres actrices cuando piensan que tienen riesgo de embarazo o infecciones vaginales, hongos y demás EST's. Jajajaj estaría poca madre.
Estaría bien ver a una actriz viendo su prueba de embarazo positiva, ¿le preocupará siquiera saber quién es el papá? Igual y lo aborta y en la próxima película, los directores la cagotean "necesito feeling"
--ay perdón es que no dejo de pensar en mi hijito hecho pedazos salir de mi vagina, además de que me sigue doliendo un poquito...

Schiale, eso ya estuvo muy bizarro, jajajjajajaja.

lunes, mayo 03, 2004

--¿Tú como llegaste aquí?
-- No sé, iba a darle de comer a mis hijos cuando todo se oscureció y me pusieron dentro de estos barrotes.
Me tuvieron no sé cuantos días comiendo pura basura sin poder volar y tomando agua que sabe a mierda. ¿Qué habrá sido de ellos?
- ¿De quién?
- De mis hijos
- Pues con suerte están vivos encerrados como nosotros. Aunque quien sabe que clase de suerte sea ésta.
- Pues es mala, no seas pendejo. ¿Para qué queremos alas si no podemos usarlas? Deberían de matarnos mejor. Ojalá que mis niños se hayan muerto de hambre y no tengan que pasar por esto. Todo el día frente al sol que nos lastima, sin agua sin comida, sin hacer nada, sintiendo como nuestros cuerpos se van pudriendo, despacio.
- Eres una melodramática
- Y tú un pobre imbécil, seguro que no tenías ni familia.
- Sí tenía a mi papá y a mi mamá, pero ya tiene tanto que vivo aqui que ni me acuerdo de ellos, lo más trascendente de mi vida fue cuando llegaste tú a compartir la celda.
- ¿Y no extrañas volar? ¿Pararte sobre un arbol y contemplar el paisaje? ¿Abrir tus alas tan grandes que sentías que podías llegar a dónde fuera?¿Cubrirte de la lluvia en tu nido?¿Cazar gusanos cayendo en picada desde el cielo y sentirlos sorprendidos en tu pico?¿No lo extrañas?
- Pues ahora que lo mencionas sí... pero hace tanto tiempo...
- ¡¡¡Sácanos de aquí estúpida!!!
- ¡¡Deja de vernos con esa cara de idiota!! ¡¡Sácanos de aquí!!
- Mira va a abrir la reja
- ¡¡Más te vale que nos saques maldita!!
- ¡¡Puta vieja!! Nada más metió más basura-comida.
- ¡¡Carajo!!


Vecina: "Ay! ¿a poco no cantan lindísimo mis pajaritos? Me encanta pararme frente a su jaulita a escucharlos, me alegran el día"
CÁRCEL PARA ANIMALES

Ayer leí que una italiana llamada "Melissa P." era un suceso editorial en su país después de publicar su diario, en el cual cuenta sus experiencias sexuales a los 15 años, sus orgías, sus incursiones en el masoquismo, cyber-sexo, etc. Algo que ya no es indiferente para casi nadie, no hablo de experimentación si no de simple conocimiento; hace algunos años estaba cabrón que un niño de primaria supiera que era "bondage" por ejemplo.
No cabe duda que el sexo vende, la invasión a la intimidad de alguien también lo hace y el morbo aún más. Ahora imaginemos un coctel literario que no sólo evoca a una "hot lolita" de 18 años, hermosa, contándonos sus experiencias lésbicas, sometimientos, etc. Mientras seguía siendo una hija de familia sin mayores pretensiones, si no que además nos invita a ser voyeures sin ver Big Brother y nos proporciona todas aquellas perversiones de la vida moderna, con la ventaja de mantenernos en un papel hipócrita de espectadores, que pueden juzgar como bueno o como malo desde su cómoda visión. Me parece que ese libro no tenía otro destino que el éxito.
Tal vez la señorita masturbación debería de contemplar esa gran idea empresarial, que hasta ahora ha llevado a cabo en su versión light. Su paga sólo ha sido el contador de su página, tal vez sea hora de empezar a transformar esos números en pesos, sólo hay que conseguir un buen editor y un toque de imagen de niña rebelde, experimentadora y listo, pero bueno, eso seguro que ella lo sabrá hacer bien.
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