miércoles, junio 23, 2004


Bueno, ya terminó la marcha y Fox dijo sus cosas, AMLO otras y al final (que más nos valdría olvidar), nos sentimos complacidos y ¡adiós! Nos vemos hasta el próximo hartazgo, que por lo visto tarda unos 60-100 añitos, mientras seguiremos conviviendo con los secuestradores, con los asesinos, drugdealers y demás fauna natural de nuestro México, lindo y querido.
Pero no todo es tan malo, por ejemplo en Metepec; pueblillo aledaño a Toluca city y que recibe grandes ganancias por los muchos bares, antros y similares que se establecieron ahí (claro, hablo de las ganancias que se pueden decir en los informes de gobierno, no de los que se obtienen fungiendo como hotel gran turismo de todas nuestras estrellas del narcotrafico nacional que guardamos en el centro recreativo y de pedagogia del narco: Almoloya Hilton); la policia vigila todo el tiempo, todo el día, toda la noche, fines de semana, no importa la hora (repito); uno puede tener la plena seguridad de que si te estacionas en doble fila a las 2a.m. afuera de algún bar, no quedará impune tu falta: los policias llegarán a quitarte tu placa con una actitud absolutamente prepotente, fuerte y eficaz. ¡Esa es la actitud! ante tal despliegue de poder de la policía municipal, no te queda más que sentirte totalmente seguro, porque imagínense ustedes, si eso hacen con un infractor de tránsito (lo atacan con cerca de 7 patrullas y 20 efectivos) ¿Qué no harán con un desgraciado secuestrador?
Apenas el viernes pasado llegaba yo a uno de estos bares y estacioné mi auto (que por cierto no he acabado de pagar aunque es de lo más austero que hay en el mercado y a pesar de llevar ya casi dos años trabajando para ello, gracias Fox) cuando inmediatamente llegó Don Policia a quitarme mi placa, porque no se puede estacionar sobre las banquetas --pero sí nomás estoy esperando mi boleto para que se lo lleve el valet, le dije yo. -- ¿Está sobre la banqueta sí o no? me dijo con una risa burlona y retándome a contestarle--no pus sí. NI modo soy un delincuente, castigueme con todo el rigor de la ley. ¿Sérán así de valientes cuando ven en la calle a los secuetradores? ¿Tendrán el mismo valor cuando ven a un narco pasándose los altos con una 45 en el asiento del copiloto? Por que yo me acuerdo de mucha gente que ha sido secuestrada y que cuentan que lo traían agachado en el asiento de atrás, con un tipo manejando y otro detrás con la pistola en la mano apuntando hacia su nuca empujándolo hacia abajo, diciendo que en los altos se encontraban con patrullas (eso lo saben por los comentarios de sus secuetradores por supuesto). ¿Acaso no se le hará sospechoso a la polecia municipal un auto de lujo siendo manejado por un tipo de gorra nervioso, que escupe dentro del auto y que es chofer de otro que visiblemente empuja a alguien hacia abajo tratando de cubrir su rostro con gorra también, ambos volteando para todos lados, gritando a..,pus a quién le gritarán si no se ve nadie más en el carro? No, pues no creo que sea sospechoso.
La policia es la broma más macabra y negra que le hace el gobierno a los habitantes. También algo curioso del caso Metepec es lo siguiente: Yo creo que toda la policia de tránsito del pueblo (ciudad o como quieran denominarle) se reúne al rededor de una plaza que es en donde se encuentran 3 bares juntos, pero en el resto de Metepec no hay ni un sólo policia; a entender, a 3 cuadras de ahí y a sólo unos cuantos metros del palacio municipal cada noche se roban al menos un carro y un par de estereos, entre otras curiosidades regionales, y cómo no, sí no hay policia, ya que están bastante ocupados extorsionando a la gente que va a aquellos bares de gente bien ¿y quién les deja más lana? ¿Un mugroso robacoches o los niñitos que traen BMW's que se van a tomar una copa al bar de la plaza aquella? ¡Hasta ellos (los policias) lo ven! Es tan evidente que da risa, risa de preocupación, por supuesto. Además el delito no es sólo tener la sangre helada de obstruir el flujo vehicular o estacionarse sobre la banqueta, si no tener un carrote de esos, ese es el principal delito y nuestra policia siempre culta y nada resentida socialmente, lo huele a kilometros. ¡Duerman tranquilos señores!
La policia es tan profesional que grita por sus altavoces "Ya me hicieron enojar 'ora sí cabrones" y uno que los escucha estupefacto desde la entrada de los bares no puede hacer nada más que suspirar y rogar por que lo dejen entrar al bar.
Nuestros pueblos están divididos y la policia es parte del bando del rencor, pero es apoyado por nuestros gobernantes, qué lindo.

lunes, junio 21, 2004

LA MAGIA

Sirena cantaba sobre un arrecife de corales, alegremente, hechizando como siempre; pero de lejos la veía la bruja Rikies, envidiosa y altanera. La bruja Rickies siempre se había querido deshacer de los hechizos de Sirena, así que decidió convertirse en agua y esperar cerca del arrecife a que Sirena tuviera que refrescar su garganta que se resecaba con los constantes cantos.

La bruja Rickies estuvo día y noche durante toda la semana hasta que el viernes por la noche, Sirena, agotada, tomó agua al pie de su arrecife; la bruja se apoderó de su cuerpo y provocó que su hechizo vocal empezara a palidecer. Los marinos que se encantaban con ella y que utilizaban sus cantos como guía para acompañar sus viajes, se vieron perdidos en la penumbra y uno de ellos, Dade, el más temerario y valiente, rompió en iracundos reclamos por la súbita transformación de Sirena, quien poseída aún, contestaba a Dade y lo agredía; no se daba cuenta de que muchos marinos estaban abandonando sus barcos porque se estrellaban contra las rocas y Dade que sí lo veía se sentía impotente, intentó convencer a Sirena, pero ella estaba perdida y cada vez más ausente de la realidad por el embrujo de Rickies, que ahora poseía no sólo su cuerpo, si no también su voluntad.
Sirena entró en una especie de profundo sueño y Rickies aprovechó para destruir todo lo que tuvo en sus manos, así mientras Sirena soñaba, los marinos perdían embarcaciones y parte de su tripulación, pero sobre todo, perdían ilusiones y encanto.
Dade, nadando entre el caos provocando en los alrededores del arrecife, llegó hasta Sirena, la tomó por los hombros y le gritó que despertara. Dade no estaba del todo seguro de que Sirena estuviera embrujada, pero lo sospechaba.
Sirena se alejó blasfemando como loca y durante toda la noche en vez de cantos, se escucharon chillidos y aullidos en la lejanía.

Nadie sabe como, pero Sirena tardó sólo un día en romper el embrujo. Al otro día regresó al arrecife fisicamente disminuida por la lucha encarnizada que había librado la noche anterior.
Cuando llegó todos la miraron con desconfianza, sobre todo Dade; hablaron y Sirena le explicó y confirmó lo del embrujo, así que decidieron seguir como si nada hubiera pasado y Sirena comenzó a cantar, pero no había magia. No siendo demasiado importante ese detalle, los marinos comenzaron la reconstrucción de sus embarcaciones, con caras largas, pero llenos de esperanzas.
Tardaron ocho días en terminar la reconstrucción y cuando el viernes siguiente reanudaron los viajes, también Sirena, después de un descanso de cinco días, recuperó su magia. La gente hechizada por Sirena celebró y gritó su regreso a los cuatro vientos; así durante dos días con sus noches, en el arrecife sólo se escuchaban los cantos marinos con los de Sirena y la gente que lloraba feliz "La magia regresó!! La magia regresó!!" mientras enterraban a sus muertos.
Dade satisfecho, nadó hasta el arrecife nuevamente y cuando llegó era ya de noche; escaló hasta la punta en donde encontró a Sirena bañada de luna, se abrazaron sus cuerpos salados y Dade dijo con todo su corazón: Bienvenida de regreso, Sirena.

viernes, junio 18, 2004

MIS PODERES

A mí nadie me puede acusar de ser culero, con los poderes que tengo, si quisiera pasarme de lanza, lo haría fácilmente, sin ningún problema; pero no lo hago, soy bien tranquilo...es más una sola vez he utilizado mis poderes para cumplir mis caprichos, una sola vez. ¿Acaso es mucho una vez? Yo digo que no, en absoluto. He dejado que me hagan muchas cosas, hasta dejé que le dieran de madrazos a mi hermano, el más chiquito, y yo, que no soy pasado de lanza, no ejercí mi fuerza sobre nadie; ni para evitarlo, ni para vengarme. Tal vez sí alguien supiera de mis poderes, sobre todo mi hermano, sí me diría que soy pasado de lanza por no defenderlo, pero él no entendería...tal vez me diría "pendejo", así nomás con todas sus letras p-e-n-d-e-j-o.
Como la vez que fuimos a casa de mi tia Rosita y llegaron sus vecinos a jugar con nosotros al futból; el más grande de ellos, Raúl, me fauleaba seguido y mi hermano se enojaba, iba y lo empujaba "tranquilo puto o te rompo la madre" --ah sí? y porqué no me la rompe él? que no se puede defender él solo? pinche puto-- A mí nunca me ha gustado pelear, por que me da miedo de que en el enojo le suelte mis poderes y entonces sí, me arrepienta el resto de mi vida o me los quiten de plano y yo supongo que si los tengo es para hacer algo más grande que vengarme de un niño con cara de ajolote que me daulea en el futból; pero mi hermano no lo entiende y siguió queriendo pelear con el niño aquél, Raúl y él seguía queriendome provocar. Total, fueron tantos los trancazos que me puso --de los cuales yo me recuperaba rápidamente, me levantaba y me limpiaba elpolvo y seguía jugando-- que mi hermano me dijo "no solo eres puto, también eres p-e-n-d-e-j-o".
Pero es que como ya les dije, él no entiende nada de lo que pasa.
A veces sí me canso de no poder usar mis poderes a mi antojo, pero el día que los utilicé por un capricho propio, recibí una gran reprimenda que me dejó... bueno, no, aún no les diré lo que me pasó, mejor les voy a contar como los utilicé: Estaba en mi casa y ya tenía varios días con una canción de esas tan bonitas infantiles en la cabeza, me moría de ganas de escucharla, pero mi mamá no me la ponía en el radio y mucho menos me compraba el disco, me acuerdo que era algo así de un ratón. Total, que aquél día por casualidad llegó el vecino y mi mamá, como siempre que llegaba ese señor, ponía el radio a todo volumen y se iban a bailar a su recámara; yo feliz acepté cuando me corrió de su cuarto. Me senté frente al radio y escuchaba a la locutora que decía "y ahora con ustedes la nueva canción que está causando sensación entre los niños..." mi corazón explotó, brincaba sobre mi asiento de concreto y la canción empezó, pero no era mi canción, era una estupidez de un tipo que cantaba como gangoso; eso me enfureció y usé mis poderes para que se fuera la luz en la estación de radio, les quemé un par de aparatos de una descarga y la emisión salió del aire...fsssssssssssssssssssssssssssss fsssssssssssssssssssssssss fsssssssssssssssssssssssssssssss...era todo lo que se oía, volví a usar mis poderes y regresó la voz de la locutora "disculpen amigos, tuvimos un problema, pero mientras lo arreglamos los dejamos con -el ratón vaquero-" BRAVO!! BRAVO!! grité y sonreí satisfecho, estaba feliz, quise contarle todo a mi mamá y entré a su recamara, lo cual no les dio mucho gusto y el señor desnudo me comenzó a golpear, le decía algo a mi mamá como "este niño idiota tuyo es una pinche lata" y luego dijo algo de darme en la madre, y eso me puso feliz, porque yo quería platicarle a mi mamá, pero en vez de llevarme con ella; se amarró una toalla en la cintura y me jaló de mi mano. Arrastrándome, llegamos al pozo de donde mi mamá tomaba el agua para hacer la comida y lavar la caca que luego me ganaba en los sofás que le había regalado mi papá antes de morirse y así nomás, el señor éste me aventó, yo empecé a caer y a caer y desde he sido día no he dejado de hacerlo... lo último que oí decir a mi mami fue "eres un culero..." y luego rió mucho, yo me sentí felz de que estuviera tan contenta, tenía mucho que no la escuchaba reir y rie tan bonito...Mi papá una vez estaba llorando porque había tomado mucho y yo fui a abrazarlo y me dijo que mi mamá se había dejado de reir desde que yo nací, cosa que no entendí en ese entonces y que sigo sin entender; después me abrazó mi papi y me dijo "pero yo sí te quiero igual que alos demás", me imagino que mi papá sí sabía algo de mis poderes, quien sabe...

Podría dejar de caer facilmente, con sólo usar un poquito de mis poderes, pero a lo mejor estoy cayendo por caprichoso y usarlos sólo pensando en mí...

miércoles, junio 16, 2004

Un cuarto de hotel, clima cálido. La lámpara encendida, la televisión también; frente a la tele las camas desarregladas, una con ropa y la otra sin nada más que las sábanas. En el buró que separaba las camas, una caja de condones, una botella de agua y tickets de las casetas arrugados y hechos bolita.
Sobre el mueble que servía de apoyo a la tele y cajonera al mismo tiempo, su bolsa, una coca light, galletas de chocolate y otra botella de agua. También estaban las llaves del carro y un par de tickets del centro comercial: por las sandalias de baño, por la pasta de dientes, la comida, etc.
El cuarto vivo con la televisión a un volumen alto y nadie dentro. Las cortinas estaban cerradas, dejándo espacio solamente para la puerta que llevaba al balcón, que era en donde estabamos nosotros, despreocupados.
La terraza era una butaca para un gran espectáculo: llovía. Nosotros veíamos los relámpagos, escuchabamos los truenos, disfrutabamos de las bombillas de luz de los postes como coronadas por la lluvia que junto con la luz formaban un halo al rededor de ellas, santificadas por la lluvia y por su luz. Abajo, en la piscina, la gente de mantenimiento se agarraba con fuerza sus sombreros e intentaban prender un cigarro tercamente, hasta que comprendieron que el viento y la lluvia eran más fuertes que la flama de sus cerillos. Ella y yo nos recargamos sobre el barandal, para ver mejor; a pesar del sonido que provocaba el aire, aún podíamos escuchar la televisión que parecía ahora tan lejana...Hicimos el amor ahí en el balcón, al aire libre, sin más luces que las bombillas santificadas de varios kilómetros más allá y los relámpagos que nos mandaba Dios.
Después nos sentamos en las sillas de madera con tela blanca frente a la mesa tratada para exteriores; prendimos una vela, ella un cigarro y yo un puro; extraña nueva costumbre mía de hacer patente que disfruto mucho un momento. Abrí mi libro y leí, ella recargó sus piernas en las mías, me hizo un par de preguntas sobre lo que leía mientras estiraba sus brazos para abrazarme; le respondí sonriente con el puro en la mano; ella me besó y recargo su cabeza sobre mi hombro y los dos empezamos a disfrutar de nuestra propia compañía...la tele seguía hablando, pero ya nadie la escuchaba, estabamos sordos con nuestro silencio, buscando la luna, ella en el cielo y yo en mi libro.

lunes, junio 07, 2004


Una noche como las anteriores, hasta la madre de gente, olor a alcohol, a cigarro, cansado, caminando como zombie, los dedos adoloridos por tocar 4 horas seguidas. Dando tumbos entre la gente, por fin completé mi camino del escenario a atrás de la barra, los oídos aún con ese beep, los ojos al piso. Destapo una coca, me divierte el psss de la lata, un par de tragos y ahora sí, volteo hacia la gente detrás de la barra. Nada nuevo.
De pronto se acerca un mesero con una moneda en la mano, llega a la barra y tira la moneda, se nota en su cara que está harto y cansado; son las 2 am; prende su lampara con resignación y se tira un clavado a las piernas de la gente. Despés de un minuto, sale como ahogado a la superficie y trae en lo alto sus trofeos: su moneda y un teléfono celular. Se dio cuenta de que yo lo veía y decidió ser honesto...Me regresó el teléfono y lo dejamos en la barra por si alguien reclamaba.
Mi mente maligna empezó a actuar, a huevo, me iban a dar un buen varo por esa madre...igual y nomás le cambia de chip y me la quedaba yo, que más daba.
Nadie reclamó el teléfono, me fui a mi casa con él. Tendido en mi cama, triunfó el vouyeur que llevo dentro y empecé a leer los mensajes que tenía guardados y la historia era básicamente ésta: El teléfono era de un güey bien pedote con una novia incomprendida que le pédía a gritos atención...No sé porqué tuve la impresión de que yo podía ser quien le diera atención a esa mujer, claro, si estaba guapa, si no que siguiera desatendida.
Al otro día tuve la lucha típica de la pastorela, entre devolver el teléfono o quedarmelo...ganó el devolverlo, por la curiosidad de conocer a la mujer del dueño. Le envié un mensaje a la novia, me llamó nos pusimos de acuerdo y le entregué el teléfono: nada sorprendente.
Qué quedó de todo esto? pues me parece que lo más valuable fue la gran, gran satisfacción de hacer lo que uno (en el fono, muy en el fondo, tal vez) piensa que es lo correcto, de no ser ojete por el simple hecho de serlo. Hace mucho tiempo que no sentía tal satisfacción al hacer algo por alguien, y esto como me recordó que la felicidad está en esas pequeñas pendejadas y que estos pequeños detalles (como ver la sonrisa de la chava cuando le di el teléfono y decirte sinceramente "Gracias") son los que te hacen olvidar por un instante que tal vez te secuestren hoy o mañana, que te pueden matar por los 20 pesos que traes (o que no traes) en la cartera, etc.
VIVA MEXICO SEÑORES.

viernes, junio 04, 2004


Así, con el sonido de los neumáticos y el del aire silbando en las ventanas, iban a la playa dorada.
Ni una palabra, el frio cortante que llegaba del mar era lo único que lo mantenía despierto; cuando la veía en el asiento del copiloto, visiblemente incómoda, se asqueaba.¿Para qué venir tan lejos, para qué molestarse en pagar un puto avión? ella sabía lo que encontraría ahí, sólo una estúpida romántica pensaría que él la iba a esperar solo durante tanto tiempo en un lugar tan lejano, solamente una estúpida romántica y ella lo pensó...estúpida.
Ni siquiera podía recordar el día en que la quiso; apenas un par de flash backs de su México con ella participando en algunas reuniones de amigos, bebiendo, riendo, haciendo el amor; imágenes e imágenes, ningún sentimiento. Cuando él llegó y se rompió las narices contra el panorama gris de este frio lugar, se enfocó en conocer todos los rincones del lugar; fue a todas las playas, a todos los cafés, a todos los bistrós, a todos los cines...y todo lo hacía emocionado, pensando en que algún día ella iría hasta allá a visitarlo y él le mostraría todo el puerto. Imaginaba su cara cuando viera el paisaje, siempre nublado pero majestuoso, desde el museo de la universidad, cuando conociera el estadio, la explanada junto a la playa, siempre con la nariz a punto de caer y las manos dentro de las chamarras, y ahora que la tenía ahí...tal vez tardó demasiado, tal vez muchas cosas, pero en ese momento su presencia lo ahogaba.
Ni siquiera puso atención a la fecha en que llegaba cuando leyó su e-mail esa tarde en que fue al cibercafé del centro, cuyos portales le recordaban tanto a los de su casa, aunque con muchísima menos gente y además, la gente de aqui era rígida, de caras largas, de ultra apariencia. Rara vez saludaban a alguien en la calle.
Ella llegó en un taxi a las 8am, él se bañaba y su compañera de esa noche tenía que abrir el ciber café, así que salía corriendo por la puerta de enfrente cuando la encontró parada bajo la lluvia glacial, entre bruma, buscando el número de la casa... "hi" dijo con ese terrible acento y dio un par de pasos titubeando; regresó y le preguntó "Are you looking for Raol?" --Raúl? sí, soy su novia -- No spanish for me...anyway, get in...i guess. Ella se sintió tan insignificante junto a esa mujer, no hablaba inglés, no tenía ese cuerpo ni mucho menos esa altura y por supuesto, no tenía ese porte que ella encontraba tan elegante, como las de las películas o como las de las cantantes. Por un momento pensó en que haber ido ahí había sido un error, pero inmediatamente se reprochó por pensar eso, seguro que Raúl se moriría de gusto al verla.
Entró, la lluvia aumentaban sus ganas, Raúl salía de la regadera cuando ella cerró la puerta, él al escuchar el ruido, se asomó por el pasillo y la vió. No dijo nada, sólo se quedó viéndola...Ella es una amiga, se llama Kirsty. Ella vio su torso desnudo y no pudo tener recuerdos de él, no era así antes de que llegara a ese lugar; ella más bien lo recordaba un poco barrigón -No comes bien? estás muy flaco...El respondió con una sonrisa que más bien era una mueca. Raúl quiso preguntarle por su viaje, por ella, pero algo lo detuvo y apenas pudo decir "Hoy pensaba ir a la playa dorada...es un lugar al que le dicen así porque la arena es color oro, ¡imaginate como se ha de ver con el cielo gris!"
--si quieres vamos...no tengo nada que hacer hoy.

El sintió lástima por ella y por su patética broma, se apresuró a vestir
--En la cocina hay cereal y leche, si quieres algo...
--gracias, comí mucho en el avión y entró al cuarto a mostrarle las galletas que aún conservaba, desmoronadas.
--Nos vamos?

Tomaron la carretera, silencio, y sólo silencio...--Te veo muy cambiado, ya hasta carro tienes. Algún tipo de guturación obtuvo como respuesta y otra vez el silencio.
El debatía entre qué le molestaba más: su silencio o que abriera la bocota. Encendió el radio.
-- Me gusta esa canción Raúl, quien canta?
--No sé, yo la detesto. Apagó el radio.
Por fin llegaron a playa dorada, lo que él esperaba que fuera un momento inmejorable de meditación, se convirtió en sacar a pasear a la foca. Ella no podía evitar soñar con sus abrazos y con hacer el amor en la "playa de oro".
--Porqué no caminas hacia ese peñasco y yo te tomo una foto?
--Sí, Raúl.
Cuando ella se empezó a alejar, él caminó hacia el auto --Voy por la cámara.
Cuando llegó, histriónicamente buscó el aparato, pero termino por hartarse pronto de esa farsa y se subió completamente, tomó las llaves, las giró. El auto en marcha y ella que había visto todo se quedó idiotizada viendo a Raúl, hasta que cayó de rodillas y lloró con las manos en la cara, viendo la arena color oro. Raúl recargó su nuca contra el asiento y lloró también cuando apagó el motor; se quedó viendo el cielo gris y confirmó su teoría: que hermoso es la arena dorada con el cielo gris. Una gaviota rompió el silencio...
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