Una Disculpa...

Pus 'ora sí que ústedes pasarán a disculpar a este humilde servidor por no haber escrito nada últimamente, pero el problema (que en realidad no es ninguno) es que finalmente me reintegré a la sociedad económicamente activa (aunque dicha etiqueta debido a mi salario me queda grande, pero siempre he dicho que es mejor el 2% de algo que el 100% de nada)y entonces estoy re-aprendiendo a ser ingeniero, carrera que en teoria estudié aunque a veces se me olvida el porqué y cuándo lo hice, pero de la misma forma también a veces recuerdo que me gustaba...En fin, nada más que domine un poco más la situación estaré por aquí once again espero que no tarde más de una semana o algo así... Un beso a mi sirena, bueno mejor dos...tres...cuatro...cinco...seis..."n" (sí, ya empiezo a ser inge de nuevo, schiale...)

á Kathrin Riecher "de perros y gatos" (chiens et chats)

Ibamos caminando como en una tarde cualquiera por esas calles de concreto estampado color rojo (que mas bien se veía rosa por el uso y por la delgada capa de hielo que lo cubria) platicando de cualquier estupidez sólo por el simple y auténtico deseo de disfrutar de nuestra compañía y de compartir nuestras soledades, como ya se había hecho hábito en ese entonces. No prestábamos atención a la gente que pasaba a nuestro lado, pero ellos sí a nosotros, era claro que eramos extranjeros y no sólo en el sentido patriotico, sino también en el sentido del alma; ellos eran tristes y un poco amargados, luchando por ser amables y sonreír pero los pobres se espantaban tanto de unos cabellos rojos y de alquien aparentemente "normal" que podía ir muerto de risa caminando junto a ella y nosotros eramos alegres, despreocupados aunque llenos de nostalgia y muy solos...pobres, pensé para mí mientras me reía de la última tonteria que ella hacía, acompañándola de alguna mueca igualmente graciosa.
De pronto la plática cambió de rumbo cuando se atravesó un gato (para completar el cuadro cliché francés) y yo dije --- Pinches gatos, me cagan...
--Los gatos son lindos
--No, son una mierda
--Claro que no, son mejores que los perros.
--Jamás! los perros son el animal más noble que existe...bueno y el delfin
--Pero...
--Pero nada, los gatos son unos hijos de puta que sólo están contigo mientras les des de comer
--Sí, pero te acompañan y no son estúpidos como los perros
--Los perros son estùpidos pero simpáticos, te hacen reír y te hacen sentir que te quieren, los gatos no, son arrogantes.

Silencio por unos cuantos pasos y mientras yo pensaba en mi perra que estaba a cientos de kilometros de ahí esperandome en mi casa, ella dijo la mejor definición de perros y gatos que yo jamás haya escuchado:
--Es simple, un gato es un animal que te acompaña, cohabita contigo, está ahí, come y caga como todo ser vivo, te observa y te da tu espacio y el perro es un amigo, es t-u a-m-i-g-o con todo lo que eso implica...
--y tú qué prefieres? vivir en simbiosis con "algo" o tener un amigo?
--tener un amigo...



Merci Katy

Hombre enamorado

Últimamente las cosas a un nivel profesional no me han salido como yo he querido, me siento un poco triste al respecto. Es como si siempre estuviera nevando y no pudieras esconderte del frio que no te deja en paz, siempre jodiendo contigo, siempre buscándote, siempre nievando ( o digan nevando, me da igual) en todos los lugares a los que vas, mi carro-alma (soul-mobile como diría Axl Rose) estaba intacto hasta que empezó a cubrirse de nieve también, pero afortunadamente llegó Sirena, hermosa como siempre, y sólo me sopló un beso, después sonrió con sus manos en la cintura, la cabeza de lado y con esa mirada de niña traviesa que me mata y con eso se dibujo un corazón en mi cristal, gracias al cual la nieve me importa un pito. Gracias mi amor.

Embrujo del volcán

Salimos juntos, besándonos, abrazándonos, jugando, riendo. Sentí ese aire frio que tanto me gusta, me sentí bien dentro de mi chamarra y con el calor de supiel al lado mio. Nos metimos a su auto, miré el cielo "Ya viste? es rosita como te lo había platicado" y yo nunca lo había visto tan rosa. El aire frio que tan bien me hacía sentir, el cielo impresionante y sobre todo el silencio alrededor, sólo las nubes susurraban pero nadie las oía. Ella bajó --Espérame tantito...-- Yo me quedé ahí y puse un CD al asar y entonces bajé un pie a la grava roja después de abrir la puerta y vi al cielo semi acostado sobre el asiento de su auto y me sentí feliz y no sólo eso, sino que pude sentir en cada parte de mi cuerpo externo e interno como la estaba amando, en eso llegó ella y la abracé y la besé y no quise volver a despertar.