Y todo para qué...

Para que pelear, para que hablar, para que intentar conciliar lo imposible? tal vez al principio pueda ser interesante y resulte inquietante pensar que tal vez, y sólo tal vez, lograrás algo, pero después de mucho empujar te das cuenta de que no moverás a la montaña..."una montaña nunca parece tener la necesidad de hablar" benditas montañas.
Estoy desgastado, cansado, harto, desesperado, tanto que ni triste estoy. Tengo el zapato sobre mi cara, lo mejor será desaparecer, fum, adiós, esfumarse de una vida que estupidamente llamaba común.
"hay que sentarse sobre sus propias nalgas" consejos hay miles, llueven por las calles. El otro día le conté a una pared de adoba y la muy sinverguenza también me dio consejos, igual los perros y las ardillas, la única que no dice nada es mi guitarra. A veces quisiera que ni siquiera ella dijera nada, pero a veces habla.
"Carretera, carretera de la vuelta, consintiendo la verguenza y pidiendo cena..." hay que consentir la verguenza.¿Por qué dejamos que alguien que no quiere estar con nosotros siga aqui? ¿por egoismo? ¿por debilidad? Si algún día lo sé, espero poder escribirlo o al menos decirlo.
Las palabras habladas han perdido tanta credibilidad para mí... si alguien me dice que tenemos un sol que nos calienta con sus rayos, no me lo creo, pero si alguien me escribe que tenemos un sol que sangra todos los días y que esa sangre es amarilla y tibia, entonces no lo dudo.
Tengo que ser invisible y no sé cómo, le voy a preguntar a mi madre la luna, no, mejor que no sea mi madre, es madre de un montón de gente, mejor que nadie me enseñe. Mejor me dejo de pendejadas y me pongo a trabajar que al fin y al cabo es lo único real que tengo en este momento aparte de ese zapato sobre mi cara.