jueves, marzo 18, 2004

En mi oficina hay una tipa que piensa que ser considerada como cagante es súper cool. Pobre idiota, ¿Qué tipo de aspiraciones puede tener una persona que encuentra grandes satisfacciones en ser nefasta?
Pero su problema es mucho más grande que ese, ella es una persona que, puedo apostar sin temor a fallar, es llamada la mayor parte de las veces "señora". Como todas las individuas solas de esa edad (que rondan los 35 en adelante), ella jura que apenas cumplió los 30; sí, como no. Hablo de "ellas", porque mi experiencia me ha dicho que en las mujeres es mucho más fuerte la presión de la soledad, del fracaso que socialmente implica (al menos eso les han hecho creer a la mayoría) el estar sola a los 30 años. Y no es tan descabellado si uno se pone a pensar que las mamás de estas "señoras" a su edad ya tenían como 3 hijos a punto de terminar la primaria.
Bueno, pero volvamos a ella: fisicamente no tiene mayor gracia que unos enormes senos, que por cierto tuvo que reducir porque le causaban problemas a su columna, es de complexión más bien ancha y toda la vida está tomando laxantes, hace dietas de caballo en las que deja de comer por días, toma cualquier cantidad de pastillas que se auto receta, en fin. Su lugar parece una farmacia, naturista, eso sí, pero al fin farmacia. Su aliento es fetido, supongo que se debe a todo lo que toma en vez de comer. A pesar de sus grandes sacrificios de inanición, los resultados son ridículos. Sigue tan o tal vez un poco más obesa que cuando yo la conocí hace 3 años.
No dudaría que cuando nadie la ve, se atiborre de gansitos, papitas o cualquier pendejada por el estilo; de hecho, me parece que en su cajón del escritorio guarda paquetes familiares de galletitas y diversas golosinas que compra muy baratas por mayoreo en Garis, o cuando consigue una tarjeta con sus múltiples amistades (creo que tiene dos amigas nada más) en el Sam's.
Por lo general se viste con grandes escotes para atraer la vista a sus senos y que así la gente no se fije demasiado en su celulitis que traspasa la gruesa mezclilla que al menos 3 veces por semana trae. No puedo dejar de reconocer que es un brote de brillantez el esconder sendo defecto de esa manera, así como tampoco puedo negar que yo también los veo...bueno, para eso lo hace, ¿no? Yo simplemente cumplo mi parte: ver.
Ella vive sola, su familia es de una ciudad del norte del país, por alguna extraña razón, vino aquí y parece que desde que llegó (me parece que son 7 u 8 años) se ha consagrado a esta empresa, la cual le corresponde dicha consagración con gestos amistosos como soportar su mal genio, sus caras largas, su altanería en general. Si yo fuera alguno de los dirigentes de esta humilde empresa, por el bien de la misma, la "hubiera dejado ir" hace ya algún tiempo. Pero todo tiene sus porqués de más fondo, de mucho más fondo.
Su casa es de esas típicas casa de señora con mal genio, adicta al orden y a la limpieza. No es de extrañarse que su tapicería sea de color blanco (¿Qué otro color podría escoger una obsesiva del orden y la limpieza?), en su baño, cada artículo tiene un lugar especial que nunca está fuera de lugar y estoy seguro de que le tiene sierta repulsión a los hombres "por que orinan la taza cuando van al baño". Es muy poco común que ella invite a alguien a su casa, odia a los niños "por desordenados" y como buen animal uraño, defiende su madriguera por encima de toda ley social de convivencia, por lo que no tiene pelos en la lengua cuando tiene que decirles a las desdicahdas madres que sus hijos ensuciaron toda su sala con sus zapatotes mugrosos.
Recuerdo que una ocasión me platicaba sobre sus amantes, o creo que ella les llamó novios. Uno de ellos era uno de los dueños de la empresa, quien se la anduvo tirando por cierto tiempo (de ahí surge una teoría más que comprobada: un hombre caliente actúa de maneras impensables hasta saciar su calentura, o hasta estar tan cansado intentándolo que mejor regresa a casa. Por supuesto que yo no me escapo de dicha premisa), eso me hace pensar en un motivo para que la empresa sea tan condecendiente con ella. Otro de sus novios fue un tal Ma; este tipo, al igual que el empresario, jefe y amigo mío, se casó al poco tiempo de cortar con ella. Ellos dos, antes de casarse la fueron a buscar para tirarsela y ella al parecer se negó; tiempo después, ya casados, la fueron a buscar de nuevo y ella accedió.
La pobre se regocijaba diciendo "a huevo, pobres pendejos, como su vieja está de la chingada, vienen a buscarme a mí". Yo por supuesto tengo otra teoría: ¿Quién te ofrece la ventaja de "cogerte a una chichona", que es fantasía de más de uno, aunque esté gorda, celulítica y sea sumamente castrosa. Carajo, un hombre puede hacer lo que sea a cambio de un poco de sexo, incluso aguantarla a ella. Ahora bien, también tiene otras ventajas dicha individua; no tienen que pagar hotel, por lo que también se pierde el riesgo de entrar y salir del mismo y que alguien conocido te vea, o sea, no sólo es un ahorro monetario, sino también de riesgos innecesarios. Pero ella piensa que es por su linda cara...
Alguna otra ocasión me comentó acerca de un "ex" que también se iba a casar, me dijo: segurito que al mes ya va a estar buscándome, así pasa siempre...sin palabras.
Al menos ese tipo de actitud que le causa cierto placer aparente, no fastidia a las demás personas.
Tiene una amiga, que es casada y tiene dos hijas pequeñas, como de 13 y 10 años. La señora es una tipa liosa y metiche, se cree tan esotérica y además tiene la extraña capacidad de saber como es una persona con sólo verla...wow. Jajajaja pobre imbécil, el problema no se queda ahí, sino que gente más imbécil aún, como la de mi oficina, creen firmemente en todo lo que ella dice. ¡Ay Dios!
La chica de mi oficina, a la que llamaré S, satisface sus instintos maternales con las pobres hijas de la psiquica; me imagino que han de gozar de grandes momentos de felicidad teniendo dos madres. La pobre S viene luego a contarnos con gran gravedad como regaña a las hijas de la psiquica, y como libra grandes disputas con las pobres adolescentes, pero sobre todo como, ella, siempre se impone. La patética S piensa que se gana tanto la admiración y cariño de las niñas.
Pero no vayan ustedes a pensar que el papel de S se queda ahí, cuando las ve, ¡No!, ese papel la sigue por todas partes y no la suelta y nosotros que sí creemos en las leyes de la convivencia, tenemos que escuchar su estúpida plática, llena de tonos de autoadmiración, y de burda picardía.
Ahora conocí una nueva faceta de esta peculiar bacteria: la intriga. Pero de cómo la descubrí hablaré otro día.
Bueno, leyendo esto, surge una pregunta: ¿Cómo siendo esta mujer, tan patética como es, le dedico tantas líneas? La respuesta es compleja y toca varios puntos, entre los principales están los siguientes: Para un observador, ella es de las que más características presenta, y es divertido pensar que no puede llegar más abajo y siempre, siempre hace algo que muestra lo contrario, no puedo negar que tengo cierta curiosidad sobre a dónde vaya a terminar esta mujer. Otra razón es que a veces el trabajo es tan aburrido o simplemente no hay y entonces, tengo que observar a mis compañeros de trabajo, de los cuales ella sobresale por las razones antes expuestas y otra más es que me gusta escribir y ahorita me dio la gana de escribir sobre ella, tal vez más adelante escriba sobre los demás seres que habitan esta oficina para que vean que ninguno es tan ridiculamente divertido.
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